Un joven se animó a ayudar en la recaudación de fondos de su iglesia.

Un joven se animó a ayudar en la recaudación de fondos de su iglesia.

Le preguntó al predicador si podía participar en la venta de biblias puerta a puerta.

El predicador aceptó, pero sabiendo que el joven tartamudeaba mucho, sólo le dio tres biblias para vender.

Al día siguiente, el joven volvió pidiendo más.

El predicador le dio otras 5 biblias.

Al dia siguiente el predicador le dio otras 10.

Al final de la semana, el joven batió el récord de ventas de biblias en una semana.

El predicador creyó que se había producido una intervención divina. Estaba estupefacto y tenía que conocer el secreto del joven.

Así que el predicador le preguntó al joven cómo había sido capaz de vender tantas biblias en tan poco tiempo.

El joven sonrió y dijo,

«Les pregunté si querían comprar una biblia o que yo se las leyera».

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