Un niño quería una bicicleta por Navidad.
Su madre le dijo que no tenía dinero para comprarle una bicicleta nueva, pero le sugirió que si le escribía a Jesús prometiéndole que se portaría bien en el futuro, tal vez Jesús estaría dispuesto a regalarle una.
Así que el niño empezó a escribir una carta. Querido Jesús, prometo portarme bien durante un año…» Luego lo tachó y escribió: “Querido Jesús, prometo portarme bien durante un mes”.
Como seguía sin estar contento, lo tachó y escribió: «Querido Jesús, prometo ser bueno durante una semana». Con la cabeza en blanco, rompió el papel y se fue a dar un paseo.
Al pasar por delante de la iglesia local, se fijó en un belén. Cuando nadie le vio, cogió la figura de María, la escondió bajo el abrigo y corrió a casa.
Allí compuso una nueva carta. Querido Jesús, si quieres volver a ver a tu madre…».