Una mujer se compra un Corvette nuevo.
Cuando sale con él del concesionario, decide llevarlo a la autopista y acelerar a fondo.
Ella alcanza el límite de velocidad de 70MPH y continúa acelerando. 75MPH… 80MPH…
… y de la nada una sirena y las luces intermitentes de un coche patrulla aparecen en su espejo retrovisor.
Pensando que su nuevo coche podría dejar atrás fácilmente a la policía, acelera aún más hasta que va a más de 120 MPH, pero el policía sigue persiguiéndola.
Al darse cuenta de su estupidez, reduce la velocidad y se detiene.
El policía se detiene detrás de ella, sale y se acerca al coche.
La mujer, angustiada, se disculpa profusamente y le explica que acababa de comprar el coche y había cometido el error más tonto de su vida.
Compadecido y al final de su turno, el policía le dice que si la mujer le hace reír, la dejará marchar sin reprenderla.
Ella se lo piensa un momento y responde: «Bueno, señor, hace una semana, mi marido me dejó por un sheriff y pensé que usted intentaba traerlo de vuelta».