Tras una noche en el pub con sus amigos, Ralph llegó a casa bastante borracho.
Se metió en la cama, besó a su mujer en la mejilla y se quedó profundamente dormido.
Se despertó ante las Puertas del Paraíso.
San Pedro le dijo: «Has muerto mientras dormías, Ralph».
Ralph se quedó atónito. «¿Estoy muerto? No, no puedo estarlo. Tengo mucho por lo que vivir. Envíame de vuelta».
San Pedro dijo: «Hmm, tal vez eso podría arreglarse. Implica mucho papeleo… pero claro. Tienes dos alternativas: puedes volver como pez o como gallina».
A Ralph nunca le gustó nadar, y pensó que tal vez ser gallina no estaría tan mal después de todo. Caminar picoteando por el suelo, sin estrés, y si el gallo local era simpático, tal vez podría ser una existencia cómoda.
Ralph respondió: «De acuerdo, entonces elijo ser gallina».
Lo siguiente que supo es que estaba cubierto de plumas, cacareando y picoteando el suelo.
Pasó un gallo. «Así que eres la nueva gallina, ¿eh? ¿Qué tal tu primer día aquí?»
«No está mal», contestó la gallina Ralph, «pero tengo una sensación extraña por dentro. Como si fuera a explotar».
«Estás ovulando», explicó el gallo. «¿No me digas que nunca antes has puesto un huevo?».
«Nunca», dijo Ralph.
«Bueno, cacarea dos veces y luego empuja».
Ralph cacareó dos veces y empujó, y ¡voilá, salió un huevo!
Ralph se sintió embargado por la emoción al experimentar la maternidad por primera vez. Luego cacareó dos veces, empujó y salió otro huevo. Su alegría era abrumadora.
Cuando estaba a punto de poner su tercer huevo, sintió un golpe en la nuca y oyó a su mujer gritar: «¡Maldita sea, Ralph! Despierta. Te estás cagando en la cama!!!».
😄🤣😂😋😱🍺