Un tipo entra en un bar y se sienta.

Un tipo entra en un bar y se sienta.

Empieza a marcar números en la mano, como si fuera un teléfono, y a hablar con la mano.

El camarero se acerca y le dice que éste es un barrio muy duro y que aquí no necesita problemas.

El tipo dice: «Usted no entiende. Soy muy tecnológico. Me instalé un teléfono en la mano porque estaba cansado de llevar el móvil».

El camarero dice: «Demuéstrelo».

El tipo marca un número y le tiende la mano al camarero.

El camarero habla a la mano y mantiene una conversación.

«Es increíble», dice el camarero. «¡Nunca lo habría creído!».

«Sí», dice el tipo, «puedo mantener el contacto con mi agente, mi mujer, lo que sea. Por cierto, ¿dónde está el baño de hombres?».

El camarero le indica el baño de caballeros.

El tipo entra y pasan 5, 10, 20 minutos y no vuelve.

Temiéndose lo peor, dado el vecindario, el camarero entra en el servicio de caballeros.

Allí está el tipo, abierto de piernas, en la pared. Tiene los pantalones bajados y un rollo de papel higiénico en el culo.

«¡Dios mío!», dice el camarero. «¿Te han robado? ¿Estás herido?»

El tipo se gira y dice:

«No, estoy bien. Sólo estoy esperando un fax».

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