Un tipo entra en un bar y le dice al camarero: «Si le enseño la cosa más asombrosa que haya visto nunca, ¿me dejará beber gratis esta noche?».
El camarero le contesta: «Déjame ver y me lo pensaré».
Entonces el tipo mete la mano en su bolso y saca un piano en miniatura y un hámster. El hámster se sienta delante del piano y empieza a tocar. Y no se limita a tocar «Chopsticks», sino que toca Chopin, algo de ragtime e incluso algo de rock and roll.
Al cabo de unos minutos, el camarero dice: «Vale, estoy impresionado. Esta noche puedes beber gratis».
Mientras el camarero le sirve una copa al tipo, éste le dice: «Oye, si te enseño algo aún más asombroso, ¿me dejarás beber gratis durante un mes?».
El camarero dice: «Vale, pero más vale que sea espectacular».
Así que el tipo vuelve a meter la mano en el bolso y saca un micrófono y una rana. La rana se sienta delante del micrófono y empieza a cantar con el hámster tocando el piano.
El camarero dice: «Vale, estoy impresionado. Puedes beber aquí gratis durante un mes».
Mientras todo esto ocurría, otro cliente al final de la barra ha estado observando. Se acerca y dice: «Soy productor teatral y me gustaría comprar esa rana y ponerla en un espectáculo. ¿Me la vendería por 500 dólares?».
El tipo dice que no.
«$1,000?»
El tipo sigue negándose.
«Vale, ¿me venderías la rana por 5.000 $?».
El tipo acepta y le da la rana al productor por 5.000 dólares.
Cuando el productor se marcha, el camarero le dice al tipo: «¡No puedo creer que hayas vendido la rana! Seguro que valía más de 5.000 dólares».
«La verdad es que no». dice el tipo. «El hámster es un ventrílocuo».