Fred tiene 32 años y sigue soltero.
Un día, un amigo le preguntó: «¿Por qué no te has casado? ¿No puedes encontrar una mujer que sea una buena esposa?».
Fred respondió: «En realidad, he encontrado muchas mujeres con las que quería casarme, pero cuando las llevo a casa para que conozcan a mis padres, a mi madre no le gustan».
Su amigo piensa un momento y le dice: «Tengo la solución perfecta, busca una chica que sea como tu madre».
Unos meses después vuelven a verse y su amigo le dice: «¿Has encontrado a la chica perfecta? ¿Le gustó a tu madre?».
Con el ceño fruncido, Fred responde: «Sí, encontré a la chica perfecta. Era igual que mi madre. Tenías razón, a mi madre le gustaba mucho».
El amigo le dice: «Entonces, ¿cuál es el problema?».
Fred responde: «A mi padre no le gusta».