Un policía del estado de Georgia paró un coche en la I-75 a unos 3 km al norte de Macon.
Cuando el policía preguntó al conductor por qué iba a gran velocidad, éste dijo que era mago y malabarista y que se dirigía a Atlanta para hacer un espectáculo para el Hospital Infantil. No quería llegar tarde.
El policía le dijo que le fascinaban los malabares y que si el conductor hacía un poco de malabarismo para él no le pondría una multa.
El conductor le dijo que había enviado su equipo antes y que no tenía nada para hacer malabares.
El policía le dijo que tenía algunas bengalas en el maletero y le preguntó si podía hacer malabares con ellas.
El malabarista dijo que sí, así que el policía sacó 5 bengalas, las encendió y se las dio.
Mientras el hombre hacía malabares, un coche se detuvo detrás del coche de los policías estatales. Un viejo borracho de Byron se bajó, observó la actuación y se acercó al coche del policía, abrió la puerta trasera y se subió.
El policía lo observó y se acercó a su coche, abrió la puerta y le preguntó al borracho qué pensaba que estaba haciendo.
El borracho contestó: “Será mejor que me lleve a la cárcel, porque no hay forma de que pase esa prueba”.Cuando el policía preguntó al conductor por qué iba a gran velocidad, éste dijo que era mago y malabarista y que se dirigía a Atlanta para hacer un espectáculo para el Hospital Infantil. No quería llegar tarde.
El policía le dijo que le fascinaban los malabares y que si el conductor hacía un poco de malabarismo para él no le pondría una multa.
El conductor le dijo que había enviado su equipo antes y que no tenía nada para hacer malabares.
El policía le dijo que tenía algunas bengalas en el maletero y le preguntó si podía hacer malabares con ellas.
El malabarista dijo que sí, así que el policía sacó 5 bengalas, las encendió y se las dio.
Mientras el hombre hacía malabares, un coche se detuvo detrás del coche de los policías estatales. Un viejo borracho de Byron se bajó, observó el espectáculo y se acercó al coche del policía, abrió la puerta trasera y se subió.
El policía lo observó y se acercó a su coche, abrió la puerta y le preguntó al borracho qué pensaba que estaba haciendo.
El borracho contestó: “Será mejor que me lleve a la cárcel, porque no hay forma de que pase esa prueba”.